jueves, 12 de junio de 2014

Iskobakebos, los “peruanos” que no queremos reconocer

Existen. Denominados Isconahuas al ser contactados a mitad del siglo pasado y, abandonados a su suerte luego de ser estudiados, hoy solo quedan vivos cinco. Su historia nos la cuenta Fernando Valdivia a través del documental “Iskobakebo, undifícil reencuentro”.


Afiche  Documental Iscobakebo 
Corría finales de la década de 1950, cuando los Iskobakebos no contactados que vivían en las cabeceras del río Abujao y Utiquinía (Ucayali) preparaban su partida al cerro Roebiri. Días antes vieron sobrevolar una avioneta con la clara intención de encontrarlos.  Eso les recordaba el contacto con los “civilizados”  que aniquilaron cientos de indígenas durante la fiebre del caucho a principios del siglo XX.

En eso estaban cuando ocurrió lo que temían, la avioneta aterrizó y los misioneros de la South American Mission bajaron para “invitarlos” a vivir en la “civilización”, 27 aceptaron.  De ellos, solo quedan con vida Kishte (Chavela), Nawa Niká (Melita)  Wini Kora (Pablo), Chibi Kanwa (José) y Pibia Awin (Juana). Ellos, convencidos más que nunca de que no debieron salir del bosque, recuerdan el contacto y las peripecias que han pasado desde ese día.

“Allá, en el bosque vivíamos mejor. Aquí la falta de dinero siempre nos tiene preocupados”, enfatiza Wini. “Faltaba solo un día  para ir partir a la cumbre del Roebiri, donde habitan todos los espíritus del monte, pero ese día llegaron los gringos, si no fuera por eso no nos iban a encontrar. Por qué me has sacado del bosque y me has abandonado, eso siempre les he querido decir en su cara a los misioneros pero murieron, yo los estaba esperando”, refiere Nawa, con rabia y tristeza.

Después de sacarlos del bosque, los misioneros llevaron a los 27 indígenas a la cabecera del río Callería en donde vivieron con ellos por algunos años, mientras realizaban estudios de su legua y su cultura. Luego regresaron a EE. UU. dejándolos a su suerte. Los Isconahuas tuvieron que sufrir mucho para sobrevivir pues no conocían otra forma de vivir más de de la caza y recolección, además su organismo no estaba adaptado para la enfermedades de la "civilización" y varios murieron. Los que quedaron con visa tuvieron que migrar porque no tenían tierras propias.

Tras muchos años de ir y venir  se creó la ReservaTerritorial  Isconahua en junio de 1998, mediante RDR No 000201-98-CTARU/DRA, siendo ésta una de las 5 reservas territoriales para pueblos en aislamiento en todo el país, pero como todo en el Estado es contradicción, en  marzo del 2013 Provías del Perú aprobó el trazo de la carretera Pucallpa-Cruzeiro DuBrasil  que circunda la reserva y también la Zona Reservada Sierra del Divisor, está carretera atenta contra la conservación  porque facilitará el ingreso de los mineros y madereros informales  a sus bosques.

Ustedes pueden conocer más de esta historia a través del  documental Iskobakebo,un difícil reencuentro dirigido por Fernando Valdivia, quién después de años de trabajo nos entrega este valioso material, que nos invita a reflexionar sobre la existencia los indígenas en aislamiento voluntario  y plantea preguntas como ¿por qué no quieren contactarse? ¿debemos “invitarlos” a la civilización como sucedió con los Isconahuas? ¿qué estamos haciendo como sociedad para respetarlos como peruanos?.

En ella, la antropóloga Margarita Vara muestra el resultado de un mes de investigación sobre avistamiento de indígenas en aislamiento voluntario y obtuvo más de 80 testimonios de encuentros con  “calatos”, como los conocen en las comunidades.  Entre ellos hay uno que no se quiso identificar, pero que aseguró haberlos matado en defensa propia.

“Los narcos nos buscaban para hacer cruces (pasar droga) porque conocíamos bien el bosque.  Esa vez íbamos de Yaquimana a Trapiche y aparecieron bastantes "calatos", como 40, nos seguían día y noche, no tuvimos otra opción que matar.  Si existen, allí viven hasta ahora, en las cabeceras de los ríos”,  explica, sin identificarse por temor.
Wilian Ochavano, líder Isconahua
En la actualidad solo quedan poco más de un centenar  de Isconahuas, uno de ellos es Wilian Ochavano- Chachivay. De padre Shipibo y madre Isconahua, con apenas 26 años es uno de los líderes indígenas más respetados y defiende con orgullo su origen Isconahua.

¿Qué quiere el pueblo Isconahua del Estado?Que respeten y protejan la Reserva Territorial Isconahua y que  se implemente la educación  bilingüe. No queremos perder nuestra lengua.

¿La carretera hacía Brasil favorece a la Reserva?
No. Los va a matar.  Si se hace esa carretera van a facilitar el ingreso de mineros y madereros ilegales que destruirán el bosque, su hogar.  Cuesta entender que  quieren vivir en el monte con lo que cazan, siembran y recolectan. Ellos no tienen hambre ni enfermedades, nosotros somos los que tenemos problemas. Quieren contactarlos para darles dulces y abandonarlos como a mis hermanos Isconahuas en Callería.

¿Tú has visto “calatos”?
No los he visto. Mis  padres sí. Los madereros ilegales y el terrorismo los hicieron alejarse, adentrarse más al bosque. En el documental  Iskobakebo uno de los entrevistados  dice que hasta ha matado calatos. Ellos sí existen.

¿Hay más jóvenes que defiende a los Isconahuas como tú?
Lamentablemente no hay.  En Pucallpa un Isconahua es un indígena que no sabe nada, así lo ven en Pucallpa. Pero no es así, yo he crecido en Atalaya, mis padres me llevaron allí huyendo del terrorismo. Terminé la secundaría y siempre he participado en las reuniones de la comunidad por voluntad propia desde  los 15 años. Por eso,  cuando en una reunión me presentaron con líder Isconahua, en ese tiempo tenía 18 años recién cumplidos, todos se quedaron asombrados.  Pensaron que iba a ir un anciano con ropas tradicionales.

En el Perú hablamos de falta de identidad ¿Los pocos Isconahuas que quedan  se están identificando así?
Nosotros si nos identificamos.

¿Y por qué no vestirte con tu ropa tradicional?
El traje Isconahua es solo con taparrabos, no es presentable en nuestra “sociedad”, así lo cuentan los abuelos.   Se pintaban la cara con achiote y en la nariz se colocaban plumas.  Y esas plumas sólo eran del Paúcar y del Tucán.  Isco en castellano es hijos del Paúcar e Isconahuas es Paucar hecho gente.  Cada tribu se identifica con un animal. Los Shipibos  con el mono shipi por ejemplo.

Alán García justificó el Baguazo aduciendo  que eran ciudadanos de tercera categoría ¿Qué significó eso para el pueblo  Isconahua?
Cólera, tristeza. Teníamos ganas de matarlo. No solo nosotros, sino todos los pueblos indígenas.  Los Awajún son nuestros hermanos. Ellos  solo pedían que respeten su territorio y su forma de vivir.